No sabría muy bien decir cuántas son las veces que, libreta en mano o ante un documento vacío en el ordenador, he intentado volcar mi imaginación con el único deseo sentido de concebirte. Así, cuando penetraras en otra imaginación y te recreara, podrías volver a nacer, mudando parte de tu ser en virtud de los sueños y experiencias de tu lector. Hay tantas posibilidades... >
Te he empezado tantas veces como las que no te he terminado; tantas como las que olvidé que te empecé. Y todas he sentido gran envidia de la lucidez de aquellos que concibieron de la nada, entrando en mí para formar, irremisiblemente, parte de mi vida. Y me desespero por no poder concebirte.
Tal vez, esta vida cotidiana de persona habitual, y que no tengo más remedio que seguir, sea quien me impide soñar lo suficiente. Soñar para conseguir crearte.
domingo, 20 de abril de 2008
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