sábado, 11 de agosto de 2007

¿Nos hace falta un cambio, pero de verdad?

Acabamos de tener un supuesto Congreso restaurador en la ejecutiva del Partido Socialista de Madrid. Necesario desde hace bastante tiempo, ya que la credibilidad del propio partido, no solo la de la ejecutiva, estaba más que perdida.

Lo que no sé, o por lo menos no me queda claro, es que realmente haya habido una verdadera restauración del partido en Madrid. Lo digo, porque me da la extraña impresión de que solo ha habido un cambio de nombres, pero que todo se mantiene igual. Quiero decir: todo se ha cocido en un congreso en el que la militancia ha tenido nula decisión; y esto es de lo que adolece nuestro partido en Madrid, de la decisión de la militancia.

El cuerpo me pide acción. Está claro que tengo mi propia ideología y que me gustaría poner en práctica algunas de mis ideas para tratar de paliar algunos de los problemas que veo que tiene nuestra sociedad: problema de la vivienda, problema de la mala calidad del empleo, dobles cuentas en empresas... Pero claro, la realidad es que la voz de un militante que no haya sido tocado por el "dedo divino" no llega a ninguna parte.

Desde esta visión particular, extrapolada, es desde la que llego a la conclusión de que hace falta modificar mucho más que una mera ejecutiva. Tengo la extraña impresión de que la gente que progresa dentro del partido, la que consigue entrar en las listas, etc. no solo lo hace porque son personas totalmente sumisas (incluso eminentes pelotas) ante la ejecutiva del partido o ante sus pesos pesados; también porque son familiares o amigos cercanos de alguno de los miembros antes señalados.
Claro, y este problema, tan acuciante y tan grave que tanto ocurre en la mayoría de las empresas españolas (motivo por el que, en mi opinión, nuestro país tiene tan baja productividad comparando con el resto de los países europeos) es el mismo que ocurre dentro del partido.

El partido en Madrid necesita una renovación. Una fuerte renovación, no solo de la ejecutiva, sino de la forma de funcionar, de la forma de tomar decisiones... La voz de la militancia tiene que ser, no solo oída, sino escuchada y acatada. La militancia hace un partido como el PSOE, un partido en el que los valores priman (otra cosa son los Gobiernos, que cuentan con otros problemas). Solo así conseguiremos que el partido tenga la suficiente credibilidad, no solo para gobernar en Madrid, sino extrapolándolo al resto de la nación, para hacer el adecuado tándem, junto al Gobierno, para ser "oposición" y dar opinión adecuada en valores, aunque dicho Gobierno haya partido del propio partido.

Espero que todo esto se entienda, y que los cambios que vaya a haber en Madrid a partir de ahora, lo sean de verdad. Espero que sí, aunque tengo mis dudas.